Lectura: Colosenses 2:1-3
Versículo destacado: “En (Cristo) están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” Colosenses 2:3
Tema: Los cuatro deseos de un apóstol
Comentario: En este pasaje, San Pablo abre su corazón y nos da a conocer cuatro deseos que guarda en su interior y anhela que ver cumplidos. Esto queda muy claro en la lectura del pasaje en traducciones como la versión Nueva Traducción Viviente. Lo primero que Pablo quiere es que sus lectores sepan de sus angustias por ellos. No para que sientan lástima por Pablo, sino para que sepan que no están solos en sus luchas y para que sepan que son amados y recordados por sus hermanos más allá de la distancia geográfica que pueda separarlos. Pablo sufre, encerrado en su prisión, por los colosenses, por los que están en Laodicea y por muchos otros creyentes que nunca lo conocieron personalmente. Recordemos que habían llegado al apóstol noticias sobre las iglesias ubicadas en la región del valle del río Lyco. Esas noticias no eran buenas. Falsos maestros estaban difundiendo un evangelio totalmente distinto al apostólico. Era un evangelio corrupto que rebajaba la obra y la persona de Cristo. Pablo no conocía personalmente a sus hermanos cristianos de esta área de la Laodicea, Hierápolis y Colosas. Pero él sufre y se preocupa por ellos. No puede ir a visitarlos, no puede estar físicamente por ellos; pero cumple con un comprometido ministerio de intercesión por sus hermanos. La palabra traducida “gran lucha” tiene que ver con una intensa agonía, con un gran padecimiento. Pablo está diciendo que los ama en Cristo y que ese amor lo lleva a tenerlos constantemente presentes en sus oraciones. Oraciones que son persistentes, constantes y firmes porque el apóstol sabe que está enfrentando una lucha espiritual y que con paciencia y fe debe vencer toda oposición del mal. Pablo así, nos muestra la gran importancia de un ministerio de intercesión. Haríamos bien en cubrir a toda persona y toda situación en oración. Este es un ministerio muy importante y que requiere obreros tenaces y fuertes, capaces de soportar y resistir en la batalla. Nuestra lucha no es contra personas físicas, es contra las huestes de maldad que están moviendo los hilos de las personas que tienen cautivas. En nuestro texto, vemos un segundo, anhelo de Pablo. Él quiere que los colosenses cobren ánimo. Si bien la versión Reina Valera, traduce que “sean consolados”, es mejor traducir que lo que Pablo desea es que sus corazones sean “confirmados”, “fortalecidos”, “animados”. El apóstol está intercediendo vehementemente y les escribe a sus hermanos, porque él quiere que ellos se levanten, que se animen, que luchen, que sigan caminando firmes en la fe verdadera. ¡Qué buen ejemplo! Siempre debemos desear que nuestros hermanos no decaigan y que estén animados mientras caminan con nosotros el camino de la fe. Pero aún Pablo tiene un tercero deseo que él manifiesta y quiere que sus hermanos conozcan. Él quiere que “estén bien unidos con fuertes lazos de amor”. El amor es el vínculo perfecto de unión y Pablo quiere que sus hermanos en Colosas cierren filas ante los enemigos que atacan la congregación. Quiere que se unan, que se ayuden, que velen unos por los otros, para que ninguno sea arrastrado por las olas poderosas de los mares tempestuosos del error. En la antigüedad, se contaban historias de los desastres que causaban en los navegantes el canto hipnotizador de las sirenas. El canto era tan atrapante que hacía que los marinos se arrojaran al mar y perdieran la vida. Muchos para evitar ese terrible destino solían atarse o hacerse atar a los mástiles de los navíos para no arrojarse a las aguas, atraídos por el envolvente arrullo. Pablo está diciendo a la iglesia que, ante el hipnotizador y atractivo mensaje de los falsos profetas, debemos mantenernos sólidos en la fe por los lazos de amor que tenemos con nuestros hermanos. Una fuerte relación con la iglesia nos ayudará a sortear cualquier tormenta. Por último, San Pablo expresa un cuarto deseo. Pablo quiere que tengan la plena confianza que entienden el misterioso plan de Dios, que es Cristo mismo. El apóstol desea que sus hermanos no crean las mentiras y cuentos de los gnósticos. Ellos pretender tener un plan misterioso, único y secreto que lleva a la salvación. Pero Pablo niega totalmente esa posibilidad. Las ideas gnósticas están totalmente erradas y niegan las verdades fundamentales del Evangelio. La buena noticia nos enseña que Dios tiene un plan, pero ese plan no es un secreto que sólo fue revelado a unos pocos como pretendían los falsos maestros. No, todo lo contrario. El misterio de Dios es Cristo y ahora que Cristo fue revelado a la humanidad, todos pueden conocer y acceder a la salvación y a la vida eterna. Cristo es la Buena Noticia y sólo en él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. No hay otro lugar, donde encontrar vida abundante y el camino hacia Dios. ¡Qué Dios nos ayude a vivir y compartir esta Buena Noticia!
¡Qué la gracia y la paz de Dios sea sobre su vida!
En Cristo, Julio Fernández
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