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Lectura Bíblica: 1 Tesalonicenses 4: 3-18

Versículo destacado: “Luego, nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” 1 Tesalonicenses 4:17

Tema: La Segunda Venida de Cristo (2ª parte – El segundo grupo de la cohorte de Cristo en su Segunda Venida)

Comentario: Ayer, comenzamos a exponer sobre la Segunda Venida de Cristo en esplendor y gloria. Comentamos que Jesús, no vuelve solo a la Tierra, sino acompañado de tres grupos bien diferenciados según nos revelan las Sagradas Escrituras.

El primero de los grupos, que tendrá el privilegio de estar junto a nuestro Señor Jesucristo ese día, será el de todos los creyentes fallecidos, durante todas las épocas. Jesús dijo que los “últimos serán los primeros” y dentro de este grupo tendrán un reconocimiento especial los mártires. Es decir, todos aquellos que perdieron todo, incluso hasta su propia vida, por amor a Cristo y su obra. Todos los mártires y los demás santos resucitarán a una nueva vida con un cuerpo glorificado para formar parte de la cohorte de Jesucristo y estar siempre con él. Esta es la llamada “primera resurrección” y “mejor resurrección” en los Escritos Sagrados (Apocalipsis 20:5-6).

Pasemos ahora a considerar el segundo grupo que, al igual que los santos fallecidos, ascenderá a los cielos para recibir al Rey de Reyes y Señor de Señores en su regreso triunfal para recuperar el control y gobierno mundial de Dios sobre la Tierra. Dice, 1 Tesalonicenses 4:17: “Luego, nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. Es decir, que al regreso de Jesucristo, primero resucitarán los creyentes muertos. Luego, los discípulos, que estén vivos en ese momento, serán “arrebatados” milagrosamente para ascender a los cielos. Allí, recibirán a Cristo en las nubes de la atmósfera terrestre en su regreso triunfal. ¡Este es el segundo grupo que integra la corte gloriosa del Señor Jesús a su segunda venida! ¡Todos los discípulos de Cristo que estén vivos en ese momento serán tomados de entre la humanidad y transformados, instantáneamente, a un estado glorificado! (1 Corintios 15:52) ¡Con un cuerpo semejante al del mismo Señor! (1 Corintios 15: 49). Así, estarán siempre junto a Cristo, los mártires y los santos resucitados como reyes y sacerdotes en su Reino Eterno.

A este grupo – al de los discípulos en vida – es al que San Pablo exhorta en su epístola. Y, hoy como creyentes, debemos seguir atendiendo al mismo llamado de atención. En 1 Tesalonicenses 5:6, él escribió: “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”. Saber que Cristo va a volver es muy importante, pero es – sin duda – mucho más importante comportarse de una manera compatible con dicha creencia. Saber que nuestro Señor vuelve debe mantenernos con un compromiso serio, una actitud expectante y una fe activa. Saber que Cristo vuelve y que vuelve con una recompensa debe motivarnos. Motivarnos a vivir como discípulos santos, comprometidos y laboriosos en la obra del Señor. El tener conciencia que el tiempo pasa y la Segunda Venida se acerca, debe motivarnos a dejar la somnolencia, la indiferencia y la apatía espiritual. Debemos cultivar la comunión con Dios y con nuestros hermanos y poner a Dios y Su Reino en primer lugar. ¡Debemos estar dispuestos a ser como las vírgenes de la parábola de Jesús que se preocuparon por tener bien cargadas sus lámparas de aceite en medio de la noche oscura! ¡El Rey viene y debemos estar listos para recibirlo como él se merece!

Todo el argumento y desarrollo de la doctrina de la Segunda Venida de Cristo en este pasaje no apunta a darnos un conocimiento teológico teórico. Más bien, San Pablo da su enseñanza desde una perspectiva pastoral. Al exponer esta enseñanza, él busca no el temor, la curiosidad o la inquietud con temas escatológicos. Como un pastor preocupado por el bien y crecimiento del rebaño, él quiere que los creyentes – a través de esta bendita esperanza del regreso de Jesús – tomen consuelo, fortaleza y esperanza. De ahí, que llegue a la conclusión diciendo: ¡“Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros” con estas palabras! (1 Tesalonicenses 5: 11).

Con la ayuda de Dios, mañana continuaremos reflexionando en otros detalles de la Segunda Venida de Cristo.

¡Qué la gracia y la paz de Dios sea sobre su vida!

En Cristo, Julio Fernández