Lectura Bíblica: Colosenses 1:3-14
Versículo destacado: “Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo” Colosenses 1: 3
Tema: La oración agradecida (primera parte)
Comentario: Pablo había tomado el serio compromiso de orar por sus hermanos, aún por aquellos que no conocía personalmente, como era el caso de los colosenses. Pablo dice que oraba siempre (vers. 3) y en forma constante por ellos (vers. 9). En primer lugar, su oración consistía en agradecer a Dios por sus hermanos en la fe, tal como lo declara en el texto: “siempre oramos por ustedes y damos gracias a Dios… porque hemos oído de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por todo el pueblo de Dios” (Col. 1: 3-4, NTV). Es interesante observar el plural de la frase. Pablo no estaba orando sólo en privado por los colosenses, también lo hacía en unión con otros compañeros de oración que lo acompañaban. Luego de la acción de gracias, venía el tiempo de la petición y Pablo – en privado o en grupos de oración – intercedía ante Dios por varias cosas para el beneficio de sus hermanos. En los versículos del 9 al 12, el apóstol enumera ocho peticiones y es notorio que ninguna tiene que ver con algo físico, sino con valores y actitudes espirituales que él espera ver madurar en los creyentes. Estas peticiones son que:
1) SEAN LLENOS DEL CONOCIMIENTO DE LA VOLUNTAD DE DIOS, DE SABIDURÍA E INTELIGENCIA ESPIRITUAL (v. 9). Los colosenses estaban siendo atacados por falsos maestros con sus errores sutiles, pero perniciosos. Ante esto, necesitaban discernimiento espiritual. Este sólo podía venir como un regalo del Espíritu Santo y Pablo ora por esa obra. Intercede que la presencia del Espíritu de Dios actúe de tal manera en ellos que les muestre con total claridad la voluntad, el deseo de Dios para sus vidas, y que les dé la inteligencia y la sabiduría para esquivar y no enredarse en las artimañas del diablo.
2) ANDEN COMO ES DIGNO DEL SEÑOR (v. 10). Los engaños de los falsos maestros, si bien empiezan en el campo abstracto del intelecto y de las teorías, siempre terminan en nefastas consecuencias prácticas en la vida. De hecho, las herejías que pugnaban por entrar en la iglesia de Colosas – las herejías protognósticas – podían llevar a un estricto ascetismo o a un libertinaje exacerbado. Ante esto, Pablo les recuerda a los discípulos que deben andar como Jesús anduvo. Los cristianos vivimos bajo la ley de Cristo, la ley de la libertad. No vivimos ni bajo el legalismo acérrimo, ni bajo el desbocamiento del libertinaje. Por eso, hemos de vivir como es digno del Santo y Justo Dios.
3) AGRADEN A DIOS EN TODO (v. 10). Vivimos para agradar al Dios revelado en Jesucristo. Jesús nos mostró al Padre y también nos enseñó como agradarlo. El desafío es vivir de tal manera que, en todo lo que hagamos, nuestro Señor.
4) LLEVEN FRUTO EN TODA BUENA OBRA (v. 10). La fe cristiana es un camino de vida. No tiene que ver con especulaciones filosóficas o religiosas como las que pretendían imponerse a los colosenses. El cristianismo tiene que ver con una relación vital: la de Jesucristo con su pueblo. Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos. El que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto. Porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). Si tenemos a Cristo, lo tenemos todo y podemos dar frutos de buenas obras. Si no tenemos a Cristo, no tenemos nada; aunque tengamos filosofía y/o religión. Sin Cristo, somos como plantas sin la savia vital y que, por lo tanto, no puede dar ningún fruto porque, sencillamente, está muerta.
Mañana, si Dios lo permite, seguiremos analizando las otras características de la oración de Pablo en este pasaje.
¡Qué la gracia y la paz de Dios sea sobre su vida!
En Cristo, Julio Fernández
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