Lectura: Éxodo 15
Versículo destacado: “Yahweh es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré”.Éxodo 15:2
Tema: El Dios Fuerte y poderoso.
Comentario: Los nombres con los que la Biblia revela a Dios son muchos y muy variados. Esto es así, porque Dios decidió revelarse al hombre de manera pedagógica y progresiva para que este pudiera captar, de a poco, algo de Su grandeza inconmensurable. Para el hombre, con una mente finita y limitada, entender a Dios es una empresa imposible. Por eso, necesitaba que Dios mismo se revele y se hiciera entendible de alguna manera. Fue así que, Dios, de manera pausada y paulatina, fue revelando la esencia de su persona y carácter. Si bien Dios se reveló y se definió a sí mismo con un nombre personal cuando se apareció a Moisés en la zarza ardiente, Dios también se manifestó a su pueblo con otros nombres que ampliaron el conocimiento de ese Dios trascendente, pero interesado en relacionarse con el hombre, su criatura. En la zarza ardiente, Dios se apareció a Moisés diciendo: “Yo soy el que soy” y añadió: “así dirás a los hijos de Israel: El YO SOY me ha enviado a vosotros” (Éxodo 3:14). Este es uno de los nombres simples más significativos de Dios. Él es el gran “YO SOY”, el autoexistente, el que existe por sí mismo, el primero y el último, el eterno, la fuente de toda creación y vida. Ya tendremos tiempo de analizar este nombre de Dios en detalle. Como dijimos, este es un nombre simple de Dios. En la Biblia, observamos dos clases de nombres de Dios. Unos, los simples y, otros los compuestos. Los nombres simples son tres: “Adonay” (nombre en el que nos detuvimos ayer), “Yahweh” (derivado de “Yo soy” y revelado en Éxodo 3:15 durante el episodio de la zarza ardiente y que veremos más adelante) y “El” nombre que significa “El fuerte” y en el que nos enfocaremos hoy.
El vocablo hebreo “El” significa “Dios”, ser divino, ser superior. No es un término de uso exclusivo hebreo y se utilizó en las culturas semíticas del Oriente Medio antiguo para denominar todo tipo de divinidades. Aunque a menudo se utilizaba la palabra “El” sola, muchas veces se la usaba acompañada de otros términos o combinada con ellos para identificar o resaltar de alguna manera la naturaleza, funciones o poderes del dios al cual se refería. Por eso, este nombre “El” no es un nombre propio de nuestro Dios Altísimo, pues la Biblia lo usa también con referencia a los dioses falsos (Salmos 95:3), a los hombres (Génesis 33:10) y, especialmente, a gobernadores y jueces (Salmos 82:6, compárese con Juan 10:34).
Los israelitas hacían uso del nombre “El” para denotar el poder y la provisión sobrenatural del Ser Supremo. Para ellos, este nombre significaba “el fuerte”, el que puede vencer todos los obstáculos y el que es que es más poderoso que cualquier otro dios o poder. Para ellos, sólo había un Dios (“El”) y toda otra divinidad era falsa, sin poder y era considerada una descarada invención humana. Los israelitas no reconocían ningún otro tipo de dios o le atribuían poder alguna otra divinidad. No participaban del politeísmo de las culturas circundantes ni lo toleraban. Ellos reclamaban devoción para el único Dios verdadero que también era el poderoso Creador. El vocablo “El” (Dios) aparece más de 200 veces en el Antiguo Testamento (incluyendo las formas compuestas de este nombre que analizaremos más adelante). “El” se emplea en nombres propios compuestos tales como: Isra-el (el que lucha con Dios), Bet-el (casa de Dios), y El-iseo (Dios es salvación).
Otras variantes del término “El” que aparecen en la Biblia son: “Elah”, “Eloah” y “Elohim”. Precisamente, “Elohim” es el primer nombre que se aplica a Dios en las Sagradas Escrituras en Génesis 1:1 donde dice “En el principio creó Dios (“Elohim”) los cielos y la tierra”. Estos nombres se refieren fundamentalmente al hecho de Dios como Creador y Rector Supremo del Universo. Es interesante notar que algunos de estos nombres aparecen en plural para denotar la grandiosidad de la majestad y del poder de Dios, no para denotar pluralidad de personas ya que la fe bíblica siempre es una fe monoteísta.
Algunos pasajes bíblicos donde aparece el vocablo “El” son:
Éxodo 15:2 “Yahweh es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es miDios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré”.
Números 23:22 “Dios los ha sacado de Egipto; Tiene fuerzas como de búfalo”.
Deuteronomio 7:9 “Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones”
Marcos 15:34 “Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
Saber que Dios es un Dios fuerte y poderoso, nos da ánimo, nos da esperanza, nos da fuerza. Nuestro Señor es el único Dios. No hay otro. Tal como dice la Escritura: “Sólo hay un Dios…” (1 Timoteo 2:5) y es el Dios verdadero revelado en la Biblia. El Dios que tenemos el privilegio de conocer y con el que podemos desarrollar intimidad. Este único Dios verdadero es el que nos llamó a conocerlo y caminar con él. Nada ni nadie puede hacernos daños. Nuestro Dios es grande y poderoso reinando sublime en majestad. Contra Él nadie puede. Él es poderoso e invencible. Las divinidades a las cuales muchos arrogaban el nombre de dios en la antigüedad, pasaron y perecieron en el polvo del tiempo. Sus estatuillas aún son desenterradas, de vez en cuando, por los arqueólogos de las entrañas de la tierra y cubiertas por las capas del olvido. Hoy, ni siquiera conocemos sus nombres o de algunas han quedado rastros borrosos y oscuros. Pero el Dios de la Biblia y su pueblo han resistido el embate del tiempo, la historia y la oposición. ¡Dios sigue reinando poderoso y lo seguirá por la eternidad! ¡Ese es nuestro Dios, nuestro guardador fuerte y poderoso!
¡Qué la gracia y la paz de Dios sea sobre su vida!
En Cristo, Julio Fernández
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