Spread the love

Lectura Bíblica“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré” 2 Corintios 6:14–17

Versículo destacado: “Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios” 1 Corintios 10:20

Tema: ¡CUIDADO! HALLOWEEN NO ES UN CHISTE

Comentario: En estos últimos años, la festividad del Halloween está ganando terreno en nuestra cultura. Al llegar Octubre, vemos cada vez más y más comercios adornados con motivos que aluden a la celebración del 31 de Octubre, antiguamente llamada el “día de las brujas”. En torno a esta fecha, vemos, también, incesantes campañas publicitarias que pretenden disparar las ventas promocionando esta fiesta que muchos toman cómicamente aprovechando, además, para divertirse. Se ha puesto de moda realizar fiestas y bailes de disfraces en torno a este día. Pero,… ¡CUIDADO! Halloween no debiera tomarse en broma, esta festividad no es un chiste. ¡Tiene raíces y connotaciones espirituales muy peligrosas ya que está atada al ocultismo desde sus remotos orígenes!

La Palabra de Dios, nos exhorta a no tener nada que ver con prácticas o costumbres ocultistas. Ya, en el antiguo libro de Deuteronomio, hallamos una terminante advertencia divina: “Cuando entres a la tierra que Yahweh tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos Porque es abominación para con Yahweh cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Yahweh tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Yahweh tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Yahweh tu Dios” (Deuteronomio 18.9–14). Para Dios, ¡el ocultismo no es un juego!

El Nuevo Testamento, también nos exhorta a ser “irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (Filipenses 2:15). Está claro que, como cristianos, no podemos copiar las costumbres de una cultura oscura y rebelde que juega con los poderes de las tinieblas. ¡Dios, expresamente, nos ha prohibido tener relación con ellos! Para nuestro Señor, ¡el ocultismo no es un juego y él lo aborrece! ¡No es algo cómico, es algo trágico! ¡No traerá alegría a nuestra vida, sino confusión y muerte! Halloween es la fiesta de la oscuridad, de las tinieblas y los cristianos no debemos ver este día como algo inocente. No es ni inocente, ni cómico. No es un día para nuestros niños, ni para divertirse. El mandato bíblico es claro: “no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” (Efesios 5:11). Halloween no es inofensivo. Promueve el ocultismo y los valores de las tinieblas. Toma como juego realidades espirituales de maldad con las que no deberíamos tener nada que ver. Por eso, no debemos ser indiferentes ante esta festividad, sino, por el contrario,¡debemos oponernos, denunciarla y reprenderla! Halloween representa lo opuesto al mensaje del Evangelio. Es una antítesis de las buenas nuevas de nuestro Señor Jesucristo, ¡porque Cristo nada tiene que ver con Belial y sus tradiciones!

Reflexionemos en siete antítesis que se dan entre Cristo y el Halloween y que exponemos a continuación:

Primero, Halloween es oscuridad, Jesucristo es luz.

Esta festividad pagana resalta el Reino de las tinieblas. Es la fiesta de la brujería, el satanismo y de los espíritus del mal. El tema de la festividad es lo terrorífico, lo tenebroso, lo misterioso, lo oculto. No hay cosas bellas, coloridas, alegres. Todo es sangre, telarañas, cadenas, ataúdes, calaveras, velas. Todo carece de luz, todo es eterna noche. Todo está ambientado hacia lo lóbrego, triste, apagado. Predomina el negro, el gris o un rojo sanguinario. Aparecen animales de la noche como el murciélago, la araña o repugnantes aberraciones. ¡Este ambiente jamás nos parecería acorde con el evangelio! ¡Por qué Jesucristo es luz! Donde llega Jesucristo, nace la vida, la luz, la alegría y la esperanza. ¡Él disipa toda tiniebla y toda oscuridad! Jesús dijo de sí mismo:“Yo soy la luz del mundo” y, acto seguido, agregó: “el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Porque Jesús es luz, nosotros, sus seguidores, hemos sido llamados a dejar las tinieblas. ¡Nada tenemos que hacer en la fiesta de la noche, en la fiesta de la oscuridad! ¡Qué triste que la sociedad continúe tras las tinieblas! Pero Jesús da el motivo de, por qué, ocurre esto. Él dijo: “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19).

Segundo, Halloween es muerte, Jesucristo es vida.

Halloween es la fiesta de la muerte. Simplemente, observemos los elementos que predominan en el cotillón, los disfraces y los adornos que ambientan la festividad. Calaveras, esqueletos, zombies, ataúdes, vampiros, cementerios, fantasmas…. ¿Falta agregar más? ¡En esta festividad se presenta la muerte como un juego, como algo cómico, como un divertimento! Pero la muerte, es la gran enemiga del hombre. Es la enemiga vencida en la cruz del calvario por nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡Jesucristo destruyó al que tenía el imperio de la muerte a un alto costo y esto no es un chiste, la muerte no es una broma! En Hebreos 2:14, leemos: “así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”. Los cristianos reconocemos en la muerte a un enemigo atroz, pero vencido ¡Por eso, no nos regodeamos jugueteando con la muerte! ¡Nosotros hemos pasado de muerte a vida y nos gozamos en la vida eterna que nos fue regalada! Nuestro Señor es vida y vida abundante. Él dijo sobre sí mismo: “Yo soy… la vida” (Juan 14:6). ¡El evangelio resalta la vida en Jesús! ¡Esas son buenas noticias! Por eso, nada tenemos que hacer los cristianos en la fiesta de la muerte. ¡Nosotros celebramos la vida plena en Jesucristo!

Tercero, Halloween es miedo, Jesucristo – en cambio – hecha fuera el temor.

Durante la época de Halloween, abundan las películas de terror y las tétricas historias que infunden miedo. Mounstruos, vampiros, espíritus diabólicos, zombies y casas embrujadas protagonizan infinidad de films que buscan aterrar a sus cautivados espectadores. ¡Pero el miedo y el terror no son emociones que debemos cultivar los cristianos! Precisamente, todo lo contrario. Nuestro Señor Jesús vino a darnos paz, sosiego, tranquilidad, gozo, alegría. ¿Qué gozo puede haber en un entretenimiento que inspira sentimientos de horror y de miedo? El Halloween no inspira buenos sentimientos. Pero, ¡Cristo sí! Él nos cuida y quiere lo mejor para nosotros en todo momento. Nuestro Señor dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27)

Mañana, si Dios lo permite, continuaremos reflexionando sobre este tema.

¡Qué la gracia y la paz de Dios sea sobre su vida!

En Cristo, Julio Fernández