Lectura Bíblica: Oseas 4
Versículo destacado: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento…”(Oseas 4:6).
Tema: El verdadero conocimiento
Comentario: El profeta Oseas denuncia la situación caótica de su pueblo y dice que se debe principalmente a un problema: no tienen conocimiento de Dios. En Oseas 4:1, leemos: “Oíd palabra de El Eterno, hijos de Israel, porque El Eterno contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra”. El pueblo se había apartado de Dios, ya no tenía cercanía ni conocimiento de él y esto había llevado a la pérdida de los verdaderos valores. Ya no había: “ni verdad, ni misericordia”. El pueblo se había sumido en la oscuridad espiritual y en la decadencia moral. Al no haber verdad, la mentira y el engaño ganaron terreno. Se perdió la brújula ética y la moral se volvió relativa acomodándose a los caprichos y a las modas del pueblo. Ya no había compasión por otros, el egoísmo ganó lugar y la gente se olvidó de la misericordia y del interés sincero por los demás. Este alejamiento de la fuente de todo conocimiento verdadero y esta pérdida de los valores en la sociedad, condujo a una inevitable consecuencia: el pueblo fue destruido. El alejamiento de Dios y la decadencia moral los terminó desbarrancando en el abismo que habían cavado con sus propias erradas decisiones. Oseas sentenció: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos” (Oseas 4:6). Otro profeta, Isaías también expresó las consecuencias del comportamiento rebelde del pueblo. Él escribió: “Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed” (Isaías 5:13). Nuestras decisiones y nuestro comportamiento tienen consecuencias. Una vida que desecha el conocimiento del Creador está condenada al fracaso y a la destrucción. No debemos ser tercos, ni rebeldes, no debemos obrar con la conducta altiva e irreflexiva del antiguo Israel la cual Isaías denunció diciendo: “El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento” (Isaías 1:3). Dios no desea el sacrificio de una religión vacía. Dios no desea el ritualismo de una espiritualidad seca. ¡Dios quiere que lo conozcamos personalmente y que desarrollemos una relación personal de amor con él! Cuando la Biblia habla de “conocer a Dios”, no habla de acercarse a él intelectualmente. Más bien, se refiere a conocerlo como ser personal capaz de relacionarse y de tener intimidad y comunión directa con cada uno de nosotros. Tal como enfatizó Oseas: “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos”(Oseas 6:6). Propongámonos desarrollar la relación que debe ser la primera y la más importante de nuestra vida recordando que “esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3)
¡Qué la gracia y la paz de Dios sea sobre su vida!
En Cristo, Julio Fernández
0 Comments