Lectura Bíblica: Mateo 4
Versículo destacado: “respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4)
Tema:Vivir por cada palabra de Dios
Comentario: Mateo en su evangelio, nos cuenta que poco antes de comenzar su ministerio público, Jesús “fue llevado por el Espíritu al DESIERTO” (Mateo 4:1). El desierto es un lugar árido, caluroso, desagradable. No es un lugar para disfrutar. Es un lugar solitario y donde es difícil vivir. El sol abrazador calcina durante el día y las bajas temperaturas golpean por la noche. Es un lugar peligroso y hostil. A priori, uno pensaría que este no es un lugar a dónde Dios quisiera llevarnos. Pero la voluntad de Dios, muchas veces, es misteriosa. Nos lleva a lugares y por caminos por los que no pensábamos andar. Pero Mateo aún agrega algo más, Jesús fue llevado al desierto “para ser tentado por el diablo”. Estar en el desierto ya planteaba varios problemas y peligros. Sin embargo, la voluntad de Dios había llevado a Jesús a tener que enfrentarse a un peligro mayor. No sólo Jesús debía enfrentar los desafíos de un ambiente extremo, sino que – en su debilidad – también debía enfrentar una tenebrosa batalla espiritual. Jesús no se quejó del lugar ni de las circunstancias en que estaba. Él conocía a su Padre y sabía que su voluntad siempre sería lo mejor. Así que, simplemente, Jesús aceptó los designios de Dios sin cuestionarlos y se dedicó a fortalecer su espíritu con 40 días y 40 noches de ayuno y oración. Pasados esos días, “vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (Mateo 3:3). ¡El maligno descargó contra Jesús una estrategia que siempre utiliza! Cuestionó y puso en duda la identidad de Cristo como Hijo de Dios. Lo mismo sigue haciendo hoy creando dudas en los hijos de Dios. El Maligno cuestiona habitualmente quiénes somos y nos genera la duda de si pertenecemos a Dios o no. Pero Jesús no se dejó amedrentar. Él no dejó cabida para las dudas en su mente, ni sucumbió a la tentación física. Jesús sabía quién era y no dejó que el hambre lo derrotara. Con la fuerza de la fe renovada por sus largos días de íntima comunión con Dios, Jesús “respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4) Hay algo más importante que sólo cubrir nuestras necesidades físicas básicas, lo verdaderamente importante es ¡alimentar nuestr espíritu con la palabra de Dios! Esto, verdaderamente, es vital. Una espiritualidad plena sólo se consigue nutriéndonos a diario de las Santas Escrituras pues ellas contienen palabras de vida. No importa en qué circunstancia o lugar estemos. Nunca dudemos del amor de Dios por nosotros. Nunca creamos que Dios nos ha olvidado. Nunca temamos que Dios nos ha abandonado. Y, por sobre todo, jamás dudemos de nuestra identidad como hijos de Dios. “¡El que tiene al Hijo de Dios, tiene la vida y vida eterna!”. Esto nos enseña claramente la Biblia. Los designios y caminos de nuestro Padre Celestial son misteriosos y para ser recorridos se requiere FE y buena alimentación… ¡alimentación espiritual! ¡alimentación constante en la Palabra de Dios!
¡Qué la gracia y la paz de Dios sea sobre su vida!
En Cristo, Julio Fernández
0 Comments